IGLESIA DE SAN FRANCISCO, BETANZOS

Hablar de San Francisco es hablar de Fernán Pérez de Andrade “O Boo”, su fundador, y hablar de éste es hablar de un fanático de la diosa arquitectura: su legado es tan sublime que supera lo bello y llega hasta lo indescifrable; sería somero el exponer la belleza de un ornado ábside ojival, de sus rosetones, sus ventanales, sus capiteles… sus tumbas, en fin, todo lo que contribuye a declararle como el monumento gótico franciscano más hermoso de Galicia.






La iglesia es un templo construido en la segunda mitad del siglo XIV, gracias al mecenazgo de Fernán Pérez de Andrade, que reedificó el monasterio anteriormente existente, que databa del siglo XIII. Fue declarada monumento nacional en 1919 y, posteriormente, Bien de Interés Cultural.




Anexo a la iglesia existía un monasterio franciscano que en épocas de esplendor, llegó a albergar, hasta ochenta religiosos dedicados a la enseñanza de la Filosofía, la Teología, la Gramática y la Música. 


RESTOS DEL ANTIGUO MONASTERIO CUSTODIADOS EN EL MUSEO DAS MARIÑAS
Por otra parte, las numerosas fundaciones realizadas por la más selecta nobleza tales como los Andrade, los Figueroa, los Becerra, los Bañobre, los Parga, los Vilousaz… quienes a su muerte recibían sepultura en sus propias capillas, convirtiendo de ese modo a la iglesia en un panteón rebosante de gloria y de arte. Tras la desamortización de 1836, el monasterio quedó abandonado y buena parte de las instalaciones, como la sala capitular o el claustro, desaparecieron entre 1873 y 1878.


RESTOS DEL ANTIGUO MONASTERIO CUSTODIADOS EN EL MUSEO DAS MARIÑAS
Los monjes volvieron a ocupar el templo y lo que quedaba del monasterio en 1914, inaugurando una nueva residencia en 1919, que resultaría quemada (junto con la iglesia) el 22 de julio de 1936, a poco de iniciarse la Guerra Civil Española. El convento sería reinaugurado en noviembre de 1955, y ocupado primero por religiosos (hasta 1992), y posteriormente por monjas.




La iglesia es de planta latina con una sola nave y un ábside poligonal con bóveda nervada, flanqueada por dos capillas laterales rectangulares.



La PORTADA PRINCIPAL de la iglesia es apuntada con arquivoltas decoradas con motivos vegetales y geométricos. 




En el tímpano se encuentra el tema de la Adoración de los Reyes y la recepción por parte de San Francisco de los estigmas en el monte Alverna;...




... y en las jambas, tres pares de columnas con capiteles animados.



En los sillares de esta, aparecen herramientas de aquellos colectivos participaron en la financiación y construcción del templo, el símbolo de un cruz griega, cruz potenzada,...


... tenazas, vara...


... y unas tijeras,...


 aludiendo con ello a los gremios de mareantes y sastres, que colaboraron en su elevación con dinero o con su propio trabajo.


  



 En la puerta principal nos encontramos con un capitel y una basa en que se figura una cabeza monumental, que llena todo el espacio de abajo arriba, aparece rodeada por dos cabezas pequeñas, dadas la vuelta, que vomitan por la boca ramas (recuerdan de algún modo las cabezas cortadas celtas). El hecho de estar dadas la vuelta podría confundirnos y pensar que se trata de condenados del infierno cristiano, pero no es el caso: esas cabecitas imitan la simiente germinando. Son una metáfora de la resurrección con una forma que parece remitir a un renacimiento celta, pero asimilada por el Cristianismo. Germinan vida. Son simiente de vida eterna los GREEN MEN. Pero, ¿a quién representa la gran cabeza central?. No hay duda alguna: a Fernán Pérez de Andrade, el promotor del monasterio y de la iglesia y quien convirtió ésta en el gran panteón familiar. Es el caballero más poderoso de la segunda mitad del s. XIV en Galicia, un hombre que por sus circunstancias vitales precisa rodearse de un gran aparato simbólico para escenificar su poder y para, en último extremo, justificarlo.



Tiene, así mismo, una PUERTA LATERAL, que es la utilizada habitualmente, sin tímpano, con un junquillo que la recorre en zig-zag y que baja recto por las jambas; y, a un lado y otro de la puerta la Anunciación, sobre ménsulas.






En el exterior del templo, que tuvo pinturas, se distribuyen rosetones y vidrieras góticas,...







... así como canecillos figurados,...




... o incluso en otro canecillo, muy visible desde el atrio de Santa María do Azougue, en el muro oriental del brazo sur del crucero, vemos una cabeza que, en vez de vomitar, devora dos ramas con grandes hojas. La particularidad de esta imagen está en que claramente representa un ser grotesco, con características monstruosas. La otra cara del green man: una imagen de la muerte, o también, una cristianización en negativo de esta figura de raíz antigua. Como curiosidad señalar que en la fachada de SANTA MARÍA LA REAL DE ENTRIMO, nos llamó poderosamente la atención, reconocer en cada uno de los cuerpos de esta, varios GREEN MEN, parecida colección a los representados en el sepulcro del Abad Lope de Ventosa, obra de arte del s. XIV realizada posiblemente por un discípulo del Maestro Mateo, que pudimos observar en la sorprendente iglesia románica de SANTA MARÍA DE SAN JULIÁN DE VENTOSA - AGOLADA.




En lo más alto del tejado de uno de los brazos de la iglesia, una cruz sostenida por un jabalí. Símbolo de Fernán Pérez de Andrade señor de Ferrol, Pontedeume y Vilalba, nombrado por Enrique II de Trastámara tras su apoyo en la guerra fratricida que este aspirante al trono, libró contra su hermanastro el Rey Pedro I el cruel.  Hay afirmaciones que dicen, que aquella noche del 22 o 23 de marzo de 1369 en Montiel, cuando es traicionado y asesinado el Rey a manos de su hermanastro Enrique, los actos y la famosa frase de “Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”, tuvieron como principal al propio Fernán Pérez de Andrade.




Su interior es igualmente majestuoso. 




En la capilla mayor observamos un interesante relieve que representa a Dios en lo alto rodeado de los cuatro evangelistas “tetramorfos” (San Juan, San Marcos, San Lucas y San Mateo). 






En los nervios de la bóveda, varios resucitados que levantan las tapas de sus tumbas y ángeles tocando distintos instrumentos, entre ellos alguno tocando la gaita.  





Rostros que se dicen representan a Fernán, su hermano y el hijo del primero.






Es una obra que destaca por su programa iconográfico dentro del grupo de las iglesias mendicantes gallegas, por ser estas mucho más parcas en cuanto al desarrollo narrativo frente a aquella. Asimismo, la iglesia de San Francisco de Betanzos es llamativa por el empeño que tuvo su promotor, Fernán Pérez de Andrade, en organizar calculadamente los espacios funerarios en un lugar privilegiado que habitualmente se reservaba para los monarcas o la alta nobleza. 




De hecho, sus ansias de perpetuidad le llevarían también a inmortalizarse en el relieve sobre el arco triunfal de ingreso de la capilla mayor, donde aparece la figura de un orante: es la representación del magnate brigantino asistiendo a su juicio individual, un Fernán Pérez humilde y preocupado por su salvación, que suplica misericordia ante San Miguel en el Juicio, donde un ángel pesa las almas y un demonio quiere inclinar la balanza a su favor.



La supervisión directa de Andrade se refleja en los relieves cinegéticos, que hace ensamblar en la capilla mayor, en los lienzos murales rectos, a cierta altura del lugar que ocupaba su sepultura y la de su primera esposa, Sancha Rodríguez.


También se pueden observar diversos capiteles interesantes. 








La única nave tiene cubierta de madera a dos aguas, al fondo, la tribuna sobre arcos rebajados que se proyectan sobre columnas de cortos fustes, de comienzos del s. XVI y cuyos capiteles representan decoración de gusto románico.








Pero sobre todo destacar, los DIECISÉIS ARCOS SEPULCRALES con sus correspondientes túmulos de estatua yacente, con sus epitafios y blasones de la alta nobleza local de los s. XIV al XIX.


El más interesante es el del propio FERNÁN PÉREZ DE ANDRADE, considerado como precedente de la escultura funeraria medieval. Originalmente estuvo colocado en la capilla mayor, junto al de su propia mujer doña Sancha, pero en 1782 fue trasladado al pie de la iglesia, bajo el coro. ​





El sarcófago está levantado del suelo sobre los animales representativos de los Andrade: un oso y un jabalí, a modo de peanas.



La urna está decorada a través de cuatro relieves. En los pies y la cabecera se figura el blasón de Andrade, sostenido en este último por las figuras de la Anunciación, vestidos con el hábito franciscano.



En los dos frentes mayores los relieves son temas de montería. La cara frontal muestra una escena de caza mayor ante un fondo vegetal esquemáticamente señalizado: la caza del jabalí. Se trata de una batida en la que tres caballeros, uno con bocina y otros dos con lanza arrojadiza, acuden a rematar al animal acosado por los perros.





En la cara posterior se reconstruye el acto de correr monte para levantar la caza, donde aparecen dos ojeadores con cogulla dispuestos para impedir que la fauna se desorbite.




Sobre el sarcófago, la escultura representa la figura yaciente del caballero, ataviado de armadura y en posición de reposo. El busto descansa sobre dos cojines y a los pies sobre dos perros de caza que ocultan bajo ellos otros dos perros; aún hay otros tres perros, dos en el costado derecho de la figura y uno en el izquierdo. Siete en total, un número según parece mágico para este caballero, al que legendariamente se le atribuye la construcción de siete iglesias; siete monasterios; siete hospitales y siete puentes. 



Cuatro ángeles arrodillados velan el cadáver, uno sosteniendo un incensario y los tres restantes leyendo libros de salmos.




La mano derecha de Fernán reposa sobre el corazón y la izquierda sostiene la empuñadura de la espada, que muestra en su pomo el símbolo de Salomón, símbolo mágico y protector, que se tiende a considerar como un distintivo propio de este linaje. Este elemento se suele identificar como una perfecta combinación de los cuatro elementos: el triángulo con el pico para hacia arriba es el fuego y el aire, y el triángulo con la punta hacia abajo, representa la tierra y el agua; por lo que se relaciona con algo protector, como si se tratase de un amuleto. 



Podemos observar una idéntica, en un posible dintel templario de una ruinosa casa en la aldea de Ventosa (parroquia de Centroña, Pontedeume);...



... así como en el pomo de la espada en la lauda sepulcral perteneciente probablemente a NUÑO FREIRE DE ANDRADEMaestre de la Orden de Cristo de Portugal, depositada en el MUSEO DAS MARIÑAS;...



... en una de las ventanas y en el muro de la portada de iglesia de SANTA MARÍA DE AZOGUE;...




... o en ventanas y rosetones de las iglesias de San Martiño de Tiobre y SANTIAGO, todas ellas situadas en Betanzos. 






Sobre el pecho de la figura consta una segunda inscripción que identifica el caballero: "Fernan Pz Dandrade".


Los cuatro lados del sarcófago están recorridos por la siguiente inscripción: Aquí yace Fernan Pérez Dandrade caballero que hizo este monasterio en el año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mil y trescientos y ochenta y siete años. Dado que otorga testamento el 23 de febrero del año 1397 y la inscripción del sarcófago corresponde a diez años antes, puede afirmarse que este sepulcro fue labrado en vida. 







En él se figuran sus propias disposiciones testamentarias acerca de su inhumación y que justifican cuanto dice en su testamento: “Et mando enterrar meu corpo ena Yglla de S. Francisco de Betanzos dentro ena capela mayor da dita Yglla que eu y fiz facer: et mando que ponan y enterren mias carnes debaixo de moimento que y esta feyto acaron da terra, sem algua outra ataude”. Interpretando y siguiendo fielmente estas disposiciones, el cuerpo se hallaría debajo del monumento, no dentro de él.


Recorriendo el templo iremos descubriendo las Esculturas Funerarias. La primera en toparnos será la de una SEÑORA DE LA FAMILIA PARDO Y AGUIAR (s. XV). 




Entroncada con la familia Pardo de Cela, cuyas armas (ágila y escudo jaqueado de veros), podemos ver esculpidas en una de sus almohadas. En la parte anterior del arca, la heráldica de Nogueirol. 



Al fondo del arcosolio, blasón correspondiente al apellido Becerra, emblema que se repite en la hornacina contigua.  







En el mismo muro lateral, el sepulcro de un CABALLERO DE LA FAMILIA FIGUEROA, NOGUEIROL  O TABAOADA (s. XV).






De la capilla de San Juan Bautista sabemos que a principios del s.XVI, era propiedad de Fernán Pérez Parragués, marido de doña Constanza de las Mariñas. 





Tenemos firmeza de que en ella estuvieron enterrados, por lo menos, los siguientes miembros de esa familia: PEDRO FERNÁNDEZ DE PAREGA y su esposa VIOLANTE NÚÑEZ PARDO DE AGUIAR Y MONTENEGRO, h. 1480†,...











... posiblemente su hijo Fernán Pérez Parragués, en 1528† , el hijo de éste Ares Pardo das Mariñas, en 1537† , el hijo mayor de este último Fernán Pérez Parragués, h. 1577† , Constanza de las Mariñas, 1615† , señora de los cotos de Oseiro y Bergondo y prima hermana de este último por parte de su padre Juan López de Haro, que era hermano de Ares Pardo de las Mariñas; su marido Juan Pardo Rivadeneira, h. 1575† y su hijo, Fernán Díaz Rivadeneira antes de 1605† .





Una puerta coetánea al templo, de arco trilobulado, la comunica con el brazo norte del crucero, donde se abre la Capilla de la Purísima, antiguamente de Santo André. En ella podemos encontrar dos enterramientos.




De la capilla de San Andrés conocemos su existencia...













... por el testamento en 31-03- 1548, de FERNÁN REYMÓNDEZ DE FIGUEROA, regidor de Betanzos, señor de la Torre de Figueroa, hijo de Jácome Reymondez de Figueroa y Lucía de Mesía; y padre de Luis de Villamarín y Figueroa, quien estuvo casado con Juana Díez de Lemos. 





Fernán manda, «que mi cuerpo sea sepultado en el monasterio de San Francisco desta çibdad de Betanços, en la capilla de Santo Andre, que fue de Garcia Perez de Moscoso, y me entierren en lo bajo de la capilla al pie del monumento donde mis complidores mejor les paresçiere».





Frente a este sepulcro se encuentra con armadura, el de JUAN NÚÑEZ PARDO DE CELA “O Vello” (Siglo XV). 




Alcalde de Betanzos, muerto por el jefe irmandiño Alonso de Lanzós en Cambás y padre del Mariscal Pardo de Cela. De esta nobilísima estirpe trae su origen la Condesa de Pardo Bazán.



En la Capilla de Nuestra Señora de la Gracia: (Siglo XVI) se encuentran ubicados tres enterramientos. 



La escultura yacente del abuelo de Juan Núñez, ARAS PARDO (hijo), hermanastro de Sancha Rodriguez. La figura aparece con su armadura, descansando la cabeza sobre un cojín sustentado por dos ángeles. 







Está considerada de las mejores Esculturas Funerarias de Betanzos.



Ubicada en el pavimento de la capilla, la lápida de Juana Díaz de Lemos, fundadora de un orfanato.


Y la sepultura de DON ANTONIO DE CASTRO Y ANDRADE, que tiene la tapadera invertida por estar su figura destruida. Fue rector del Colegio Mayor de San Bartolomé y primer Procurador en Cortes por el Reino de Galicia, entre otros cargos.


Pegada al muro de la Capilla Mayor se encontraba el SEPULCRO DE SANCHA RODRÍGUEZ, esposa de Fernán Pérez de Andrade. Hoy custodiado en el MUSEO DAS MARIÑAS de esta Villa.








En la Capilla de San Antonio de Padua, cofradía fundada a principios del siglo XVI,...






... se encuentra el enterramiento de JUAN FREIRE DE ANDRADE, hermano de Fernán Pérez de Andrade “O Boo” y padre del sucesor de este, Pedro Fernández de Andrade. 







Aparece con ropa de guerrero  y cubierta la armadura con una larga sobreveste decorada con mangas minuciosamente labrados, apoya su cabeza sobre un cojín en el que se apoyan dos ángeles con incensario y naveta, sus pies descansan sobre dos perros (Siglo XIV).






La capilla del Cristo de la Venerable Orden Tercera por las distintas cofradías que la ocuparon en distintas épocas, también se le conoce con el nombre de capilla de los regidores. 








A la izquierda, antes de adentrarnos en ella, podemos contemplar una Piedad, talla anónima de la escuela flamenca del s. XV.



Ya en el interior contemplamos otros tres enterramientos. El de un PERSONAJE ORIENTAL, posible médico de Fernán Pérez de Andrade “O Boo”.



Vaciado de sepulcro expuesto en el MUSEO DAS MARIÑAS





El de JACOME MOURO RAIMÓNDEZ (Siglo XV), que aparece con cota de mallas y sobre peto, descansando su cabeza sobre un cojín en el que se apoyan dos ángeles lectores. 




En el arco que rodea su sarcófago, se halla esculpido el escudo más antiguo de Betanzos.



Y el de PEDRO MARTIZ REIMÓNDEZ (Siglo XIV) Jurado y Caballero de Betanzos, que acudió a A Coruña para verse con Alfonso XI y que este resolviese el pleito de la descarga de la sal. 




Aparece con ropa noble con esclavina, descansando su cabeza sobre dos almohadones sobre los que dos ángeles abren sus libros, descansa los pies sobre un perro, que al igual que a uno de los ángeles le falta la cabeza. Como curiosidad indicar que la escultura presenta un ojo cerrado y otro semiabierto, lo cual podría indicar (tal y como ha señalado Alfredo Erias ), que el sujeto era ciego de un ojo; y así fue tallado por el artista, en una época en que ya se intentaba reflejar con cierta verosimilitud los rasgos de la persona retratada.






Otros igualmente interesantes son los enterramientos de la familia Vilouzas. 



Familia hidalga betanceira, cuyos orígenes se pierden en la oscuridad documental de la baja edad media, muchos de cuyos miembros fueron regidores de la ciudad entre los s.XIV-XVI, y de la que nos han llegado hasta hoy dos hermosos sepulcros de principios del s.XV de dos de sus miembros. Se trata de los enterramientos de GARCÍA PÉREZ DE VILOUZÁS, 1402†, posiblemente hijo de Lopo García de Vilouzás, regidor de Betanzos a finales del s.XIV, h. 1380†,...









... y del canónigo de Santiago, JUAN LÓPEZ DE VILOUZÁS, 1440† , hermano del anterior. 






Este es el único que no está armado y sobre su pecho reposa un libro, posiblemente la Biblia. Aparece con vestimenta religiosa maravillosamente labrada, descansando su cabeza sobre un cojín en el que se apoyan dos ángeles, uno con incensario y naveta y el otro con un libro abierto.





Muy cerca de este templo, en la misma plaza, se encuentra otro importante ejemplo de arquitectura sacra que se conoce como SANTA MARÍA DO AZOGUE.

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