MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE ACIVEIRO , FORCAREI

El Monasterio de Santa María de Aciveiro, fue un monasterio cisterciense fundado en el siglo XII, enclavado en Tierra de Montes, en los altos de la Serra do Candán y a orillas del río Lérez. Se construyó sobre unos terrenos ocupados por un gran bosque de acebos (acivro), del cual viene el topónimo Aciveiro. 


En la actualidad, la iglesia se utiliza como iglesia parroquial y es uno de los mejores ejemplos del románico gallego. El resto de dependencias monacales se utilizan como local de hostelería tras su restauración. Está considerado como Monumento Histórico Artístico desde 1931 y también tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC).


Del primitivo monasterio apenas quedan muestras, ya que las reformas realizadas desde la mitad del siglo XVI en adelante, incluso hasta el año 1813, lo hicieron desaparecer. 


La fachada hace ángulo recto con la de la iglesia. 


Tiene un pórtico de acceso de estilo clásico y una balconada de hierro fundido apoyada sobre ménsulas.


Por ella se entra al CLAUSTRO DEL CURRO, de grandes dimensiones. Servía como lugar de recepción de los frutos, de “eira de mallar” y como lugar para guardar el ganado que pastaba en los montes del convento.
Atraviesa el trayecto por este claustro entre lapidas medievales con grabados gremiales que nos recuerdan a las famosas laudas de SANTA MARIA A NOVA en NOIA. Y antiguas tapaderas de las canalizaciones del agua.




Hay una fuente datada en el año 1802. 




Este claustro, que daba acceso a las cuadras, gallineros, viviendas de los pastores, personal de servicio y al convento, se ha convertido en un hermoso y apacible jardín.







Allí también se levanta un precioso cruceiro de dos gradas, pedestal cuadrado  y varal poligonal.



Sobre él se apoya un capitel ricamente tallado donde descansa una cruz, con la imagen de Jesucristo en el anverso...


... y en el reverso una hermosa Virgen con querubines.


En la Quedada que hicimos en septiembre del 2020, organizamos una visita en la que pudimos conocer la iglesia y el interior de las dependencias ocupadas por el hotel ( en ese momento cerrado por la pandemia) y que como vemos en el plano, se distribuyen entorno al claustro procesional.

Foto de: https://www.pinterest.es/pin/564990715749188430/

A la izquierda de la entrada de la portería (6), hay un paso abovedado con bóvedas de medio cañón que lleva a las dependencias monacales (7), hoy convertidas en hotel .



Nos dirigimos al hoy convertido en el salón de desayunos (10).



Al fondo de este se encuentra la cocina (9), una de las piezas mejor conservadas.


De planta rectangular, se abre al exterior por medio de dos ventanas y se cubre con una bóveda. 


 

Contaba con agua corriente, torno que comunicaba con el refectorio y una pétrea fresquera, antecesora del frigorífico: se trataba de una pequeña cámara entre dos gruesos muros, donde se conservaban los alimentos perecederos con la ayuda del hielo procedente de las cercanas neveiras do Candán. Se puede decir que fue la antecesora de los actuales frigoríficos, sus restos se pueden observar alojándose en el hotel-monumento, pues en el pasillo de la planta superior, hay un suelo de cristal, donde se ven la primitiva nevera. 




Destaca en ella la chimenea.


Cruzamos el ala sur contigua al claustro, donde se exponen restos románicos utilizados en las primeras edificaciones del monasterio, así como una interesante colección de ropas litúrgicas.








Llegamos así a un gran salón, una de las estancias más grandes del monasterio, posible sala capitular.  Se trata de una obra del siglo XVI y que presenta tres puertas de acceso y a la que dan luz siete ventanales.




A través de una puerta románica de finales del siglo XIII, deteriorada por modificaciones posteriores, accedemos al claustro procesional.





Es una obra realizada en la segunda mitad del siglo XVIII y el mejor conservado de todos. De traza clásica, se cierra con muros de cantería de piedra labrada adornados con pilastras cuadrangulares y una imposta que marca la planta y se remata con una cornisa con gárgolas en las esquinas.





El scriptorium, las caballerizas y las celdas de los monjes, se distribuían entorno al claustro siguiendo las pautas cistercienses. 


Volveremos a la fachada principal para acceder a la interesante iglesia, único elemento románico que queda del conjunto monástico. 


La fachada del templo, de estilo barroco, fue totalmente rehecha a finales del siglo XVIII, y no conserva nada de su fábrica románica. Su construcción fue finalizada en el año 1792.  Ala izquierda se sitúa el campanario con una espadaña compuesta de dos cuerpos, que fue restaurada en el año 1911, al haber sufrido graves daños por el impacto de un rayo en enero de 1900.


El hastial de la fachada actual es de estilo neoclásico y se caracteriza por su sobriedad. En el  tímpano hay una antigua imagen de la Virgen con el niño en el regazo y sobre ella se abre una ventana cuadrangular abocinada.


Es un templo de planta basilical, divida en tres naves, rematada en una cabecera de tres ábsides.


En el exterior destaca el ábside central, por su mayor altura y por su perfil poligonal de cinco lienzos. 


Cada lienzo posee una ventana con arquivolta que descansa sobre capiteles vegetales y geométricos.













La decoración bajo el alero del ábside central es variada a base de capiteles vegetales y geométricos, rosetas de siete pétalos inscritas en un círculo, así como canecillos de diferente hechura




En la base del lienzo norte de este ábside central, hay una lauda funeraria que lleva fecha de 1182.



Los absidiolos laterales desarrollan poco más del semicírculo al exterior si bien al interior su perímetro, aunque muy irregular como veremos, es completo. Tienen cada uno de ellos dos semicolumnas adosadas y en el lienzo que linda con el ábside central, hay vano derramado y óculo sobre él.


El alero de los absiolos se presentan de la misma manera, pero en lugar de florones presenta motivos enlazados.


En el segundo tramo de muro del lado norte, se abre una portada románica, es la puerta de difuntos, que linda con el actual cementerio.



Se compone de dos series de arcos y columnas y  capiteles historiados sujetos por  columnas, la de la derecha estriada.



Las arquivoltas están decoradas con cadenas, estrellas caladas, flores y ajedrezados. 


La decoración bajo el alero de la nave muestra una serie de canecillos de diferente hechura.





Para visitar el interior, abandonamos el camposanto atravesando una curiosa puerta.





En el interior, el templo se divide en cinco tramos separados por pilares de planta cuadrada, con semiculumnas adosadas en los frentes en la nave principal y columnas adosadas a los muros, en las que se apoyan los arcos formeros y transversales. 


 En cada tramo se abre una ventana adintelada. 


Sobre los arcos formeros de los muros que separan las naves, hay arcos semicirculares sobre columnas a manera de “falso triforio”, en donde se apoyan los tirantes de madera de la cubierta.




Parecido al de la CATEDRAL DE TUI, o el de SANTA MARIÑA DE AUGAS SANTAS.

CATEDRAL DE TUI



Cada tramo está compuesto de doble arcada y sus arcos de medio punto reposan en columnas geminadas lisas y capiteles con decoración.
 


En  la nave norte, donde se abría la portada románica que daba acceso al cementerio y que vimos anteriormente, se sitúa el altar dedicado a San Benito. 




Allí destaca un altar pétreo, seguramente románico, con un altorrelieve representando La ultima cena”.



En la nave sur veremos un altar dedicado a San Bernardo.



En el último tramo de la epístola se abrió una puerta de acceso a la sacristía y en su interior, hay una segunda puerta con acceso al claustro.


En la decoración de los capiteles existentes en las naves, predominan figuras antropomorfas, elementos vegetales y bestiario con seres monstruosos y mitológicos como leones alados.







 En la cabecera, la capilla mayor se cubre con una bóveda estrellada de estilo gótico datada en el siglo XVI. En el centro aparece el escudo del monasterio.





Se puede admirarse un hermoso retablo mayor de estilo barroco, obra del prestigioso retablista Miguel Romay ,...


...ejecutor entre otras obras, del camarín en la capilla “Nosa Señora dos Ollos Grandes”, en la CATEDRAL DE LUGO.

“Nosa Señora dos Ollos Grandes”, en la CATEDRAL DE LUGO.

Consta de dos cuerpos con tres calles y un ático, además da la predela. De forma puntualizada el retablo presenta e
l sotabanco, que en la casa central adosa el sagrario con un enmarcado mixtilíneo y sobre él, un rostro de ángel y debajo un alfiz de color rojo y en las entrecalles querubines. En el primer cuerpo el encasamiento es el siguiente: De izquierda a derecha, San Pablo,  La Virgen y  San Pedro. Cada imagen en una hornacina decorada en su parte superior con venera, la hornacina queda enmarcada por un alfiz en cuya enjuta aparecen dos borlas negras. En la casa central, la imagen de la virgen dentro de una gran hornacina cuya cúpula es de gajos por los que discurren rostros de ángeles.

En el segundo cuerpo, en la calle central presenta una pintura del Calvario con el marco decorado una vez más, con sartas de frutos y en la parte superior aparece el rostro de un ángel. Las dos casas laterales tienen hornacina poco profunda con moldura mixtilínea en la parte superior. La figura delos santos San Benito, a la izquierda y San Bernardo a la derecha, salen prácticamente fuera de la hornacina y se apoyan en un pedestal.


 El ático está dedicado a Santo Tomás, el cual se asienta en una hornacina ubicada en el centro. Sobre ella, el escudo del convento. El resto de espacios se cubre con abundante ornamentación vegetal, asentada de forma vertical y alineada en las partes próximas al santo, siendo en los extremos más desordenada y recargada.
  
La iglesia, sirvió de panteón de algunos nobles de las Tierras de Montes, Deza y Trasdeza. La casa de los Camba, también conocida como la de los Churruchaos, tenía en él capilla, la llamada de don Álvaro. 


De los  muchos enterramientos que acogería solo se conservan dos. Uno situado en la nave de la izquierda, que es de tipo estola y que en su tapa está grabado un estilizado báculo.
 La tradición lo señala como perteneciente al abad Gonzalo das Penas (siglo XV), que gobernó  la comunidad desde el año 1429 hasta su fallecimiento hacia el año 1475. Tras su muerte, el pueblo le dio tratamiento de santidad y tejió alrededor de su figura numerosas leyendas, como la recogida por Ramón Cabanillas en su obra "O oso de Oseira".


  El otro está decorado con virutas heráldicas con ajedrezados propios de la familia Bermúdez de Castro, puede datarse en los primeros años del siglo XVII. Posiblemente sea Don Pedro Martínez, noble gallego, quizás natural de la propia Terra de Montes, que hizo importantes donaciones al convento. 


Junto a él se encuentra el acceso al coro y al campanario, al que subimos para realizar alguna de las tomas que completan este reportaje.



>Finalizamos la visita al interior, mostrando una pila bautismal y otra de agua bendita. 



De nuevo en el exterior nos fijaremos en el otro CRUCEIRO que adornan este monumento, obra de José FerreiroLevantado en el año 1893, es el más destacado de los dos.


 Esta sobre una plataforma de tres escalones e introducido en el primero de ellos un posadoiro. 


Muestra una Verónica en el varal. 


Por el anverso representa la figura del Redentor.


 En el reverso la Inmaculada Concepción sostenida por ángeles.




En definitiva, este es un lugar con mucho encanto y ahora además escenario de una serie televisiva: “El Final del Camino”.

No podemos olvidarnos de recordar parte de la historia del Monasterio de Aciveiro, que es extensa. Fue uno de los siete monasterios más importantes de la Edad Media gallega, pues las donaciones y privilegios reales le dieron una gran importancia económica y política, obteniendo envidias entre los nobles y el clero gallegos, lo que le supondría enfrentamientos con todos los ámbitos de la sociedad de la época. Según una inscripción situada en la pared sur de la iglesia, fue fundado el 4 de febrero de 1135 por el rey Alfonso VII de Castillareuniendo para su fundación doce monjes  benedictinos, que con el tiempo llegaron a ser más de un centenar.
 En 1162 el monasterio adoptó la regla cisterciense,  quedando como filial de la Abadía de Claraval, y en 1170 se consagró la iglesia del monasterio a Santa María, siguiendo lo ordenado por San Bernardo para todas las iglesias de la Orden. 
Desde principios del siglo XV, la Casa de Ulloa,  se convirtió en encomendera de este monasterio. Posteriormente pasó a la Casa de Altamira con el matrimonio entre Vasco Lope de Ulloa e Inés de Moscoso y más tarde al arzobispo de Santiago, Alonso de FonsecaEn estos años proliferaron los abades comendatarios, eran abades que en muchas ocasiones no residían en el monasterio y se limitaban a recibir las rentas, sin prestar ningún beneficio a la comunidad religiosa. 
A principios del siglo XVI se produjo un importante declive en el poderío del monasterio, viéndose por ello obligado en 1518, a incorporarse a la Congregación Cisterciense de Castilla, desapareciendo la figura del comendador y la del abad, pasando a presidente-abad. Un  presidente-abad fue fray Martín de Pueyo, que dirigió la comunidad desde 1581 a 1587, durante su mandato, ante la falta de espacio en los edificios monacales, se proyectó la construcción del edificio que llegó hasta nuestros días.
 Se iniciaron las obras por la fachada de la iglesia en el año 1586 y fue maestro de obras Xoán da Fonte, vecino de Acibeiro, quien las realizo. En el año 1589 los miembros del Santo Oficio de Compostela, ante el temor de que el corsario Drake, que tenía sitiada A Coruña, atacase Santiago, se trasladaron con los fondos y papeles del Santo Oficio a Acibeiro, tratando de protegerlos del ejército inglés. 
Durante toda su historia el convento mantuvo una gran cantidad de pleitos relacionados con sus propiedades y privilegios. Eran tantos los pleitos, que tenían  frailes residiendo en Santiago, Coruña y Valladolid, para ocuparse de su tramitación y la defensa de los intereses del convento.
Estos pleitos se hallan expresados en El Tumbo Grande de Aciveveiro de 1617 y se conserva en el Archivo Histórico de Pontevedra, así como una copia de este en el Archivo Histórico Nacional, en el que reflejan las posesiones, los pleitos acopiados por el monasterio y privilegios de este.
En noviembre de 1649, parte del Monasterio fue destruido por un incendio, quemándose las dependencias del ala izquierda del edificio, con el claustro alto, que era donde estaba la cocina, perdiéndose la biblioteca y el archivo.
 Más tarde, durante la Guerra de la Independencia, siglo XIX, volvió a ser pasto de las llamas. Las tropas napoleónicas que se habían refugiado en él, al ser atacadas por los paisanos lo abandonaron, pero antes lo saquearon y le prendieron fuego la tarde del 30 de abril de 1809. 
Después de este ataque se volvieron a emprender obras de reconstrucción por parte de los monjes, que fueron llevadas a cabo por el maestro arquitecto José de Castro Vallejo. La comunidad continuo hasta mediados del año 1835, pero con la Desamortización de Mendizábal, en el monasterio solo quedaron tres religiosos con el objeto de conservar sus bienes y mantenerlo en pie. Finalmente en 1842 se realizó la liquidación y subasta pública del patrimonio del convento.
Aunque era un monasterio  económicamente modesto. Sus posesiones incluían cotos, tierras aforadas, encargos, beneficios parroquiales, granjas, neveiras, ganado, etc. Además del coto del Candán, su dominio y jurisdicción se extendía a múltiples parroquias de Deza y Trasdeza. Uno de los pilares de la economía de la comunidad era el ganado. Por los acuerdos con las comarcas  limítrofes controlaban tanto el ganado doméstico como el salvaje, así como el uso de los pastizales. Completaban la economía con la explotación de los bosques y dehesas, estando prohibida la tala de leña sin licencia del monasterio.
Las neveiras de los MONTES DE CANDÁN, también fueron una fuente importante de ingresos. Estas neveiras datan del siglo XVII. Los monjes comerciaban con la nieve surtiendo a las ciudades gallegas y llevándola a otras ciudades del interior de la Meseta. Para este comercio, se aprovechaba el paso por el Candán del Camino Real, que unía el monasterio de Acibeiro con RIBEIRO DE AVIA, donde los monjes tenían también viñedos, aprovechando la Vía romana que unía Lugo con la ciudad de Pontevedra. Durante el siglo XVII el convento perdió la exclusividad del hielo y comenzaron a proliferar neveras pertenecientes a particulares y otras instituciones, por lo que el valor de las neveras del monasterio disminuyó significativamente.


INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL MUNICIPIO DE FORCAREI EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario