SAN MARTIÑO DE XUVIA, NARÓN

En el proceso de cristianización de Galicia, en un principio, abundaron los eremitorios, convertidos más tarde en conventos dúplices y familiares, con el tiempo, algunos de ellos se convirtieron en los monasterios que hoy conocemos, muchos mudados a día de hoy en iglesias parroquiales. Un buen ejemplo es el de San Martiño de Xuvia.


El antiguo monasterio se alza en un noble lugar del actual Narón, asomado a la incomparable ría de Ferrol. Está consagrado a San Martín Dumiense o Bracarense y su origen se fecha anterior al año 977, momento de su primera mención documental, pero posterior al 830, cuando era una congregación dúplice, en un terreno acotado, propiedad de la familia Traba. Esta pequeña hermandad, recibe múltiples donaciones en el siglo X y XI. En la segunda mitad del siglo XI, destacan las concesiones efectuadas por miembros de la familia de los condes de Traba, época en la que se creó su adscripción a la abadía de Cluny, en 1113,  
convirtiéndose en un priorato de la casa borgoñesa.


La Orden de Cluny, tanto en España como en tierras francesas, apoyó siempre, a los que peregrinaban a Santiago, proporcionándoles asistencia espiritual y material, para ello crearon prioratos a lo largo de los caminos de peregrinación. Tras su anexión a Cluny el antiguo monasterio recibe a lo largo del siglo XII diferentes donaciones que, con cierta frecuencia,  
se acompañan de la solicitud por parte de los donantes de ser enterrados en él, lo que demuestra su prestigio, en la época.

SARCÓFAGO DEL SIGLO XI

Especial relevancia tiene la confirmación de los privilegios otorgados por Alfonso VII y la protección del coto monástico en 1169 por su sucesor, el rey Fernando II, cuyos restos reposan en la CATEDRAL DE SANTIAGO.


A partir de entonces se inicia un largo y progresivo declive, que se atribuye, entre otras causas, a una excesiva explotación de beneficios por parte de Cluny, a la influencia del MONASTERIO DE SOBRADO, en el de Xuvia, a través de sus posesiones, y al relajamiento moral de la hermandad. Pues este monasterio tiene un largo historial de incumplimientos del acatamiento religioso; castidad, luchas, malversación y un largo etc., entre sus muros, con episodios de todo tipo que trajeron de cabeza a los “visitadores” de la abadía que pasaban con voluntad de corregir la situación.


El año de 1337, un incendio afecta en gran medida al priorato destruyéndolo, pero no al templo, que se escapó de las llamas. La recuperación y restitución de los bienes, que habían sido malversados por miembros de la comunidad, sigue siendo imposible de recuperar entre los años 40 y 70 del siglo XIV, por lo que la situación económica es desastrosa, y en 1342 el abad de Cluny solicita la mediación del rey Alfonso XI para que expulse a los ocupantes (nobleza gallega) de los bienes y restituya estos al priorato. A partir de entonces y durante el siglo XV la decadencia se acentúa y nada se consigue con la cesión a los Andrade de los bienes de la comunidad en 1472, ya que éstos tampoco le abonan la renta que se había pactado, lo que aun hace la situación más decadente. En 1518 siglo XVI el monasterio de Xuvia se separa de Cluny y se une al de LOURENZÁ, únicamente la parte masculina de la orden, pues  la reforma monástica promovida por los Reyes Católicos y aprobada por el papa, en el siglo XVI, anulaba los monasterios dúplices, prohibiendo que pudieran vivir religiosos y religiosas en el mismo centro monástico. Así las monjas tuvieron que marcharse al compostelano cenobio de SAN PAIO DE ANTEALTARES, tan vinculado siempre al Camino.


Hay en el Camino Inglés numerosos edificios religiosos bajo la advocación de San Martín. Como vestigio de su hospitalidad, tanto en la iglesia de San Martiño de Porto Cabanas, (donde destaca  la imagen ecuestre de San Martiño dentro de un frontón curvo partido, compartiendo su capa con un mendigo); como en el monasterio de San Martin Pinario, que en el frontón que corona la portada, está representada la escena del santo rasgando su capa con la espada para compartirla con el pobre, lo que es un magnífico icono de la importancia que tienen la hospitalidad y la asistencia a los peregrinos. Ahí se encuentra en la meta del Camino Inglés, frente a la puerta del Paraíso de la Catedral, por la que entran los peregrinos que llegan desde Ferrol y A Coruña; por su importante relación con el mundo jacobeo y el fenómeno de las peregrinaciones a la tumba apostólica.



En 1586, Felipe II vendió el coto y otras posesiones de San Martín de Xuvia, en subasta pública, pues ya desaparece, prácticamente, la comunidad monacal del territorio.




Como curiosidad comentar que, como consecuencia de la Reforma anglicana, (siglo XVI) debida a la ruptura matrimonial entre el rey Enrique VIII y Catalina de Aragón en 1533, se provocó la separación de Inglaterra de la Iglesia de Roma, a consecuencia, se destruyeron muchas obras de arte religioso que había en los templos ingleses, por lo que comerciantes, hombres piadosos o tratantes de arte, trajeron a Galicia muchas piezas para salvarlas. Entre estas imágenes estaban las tallas en madera de Nuestra Señora la Inglesa y de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, que llegaron al puerto de Ferrol, y se depositaron en este monasterio, para posteriormente, al dispersarse la comunidad, donarlas a la CATEDRAL DE MONDOÑEDO donde hoy se veneran en la Capilla del Santísimo Sacramento, la primera, y en la Capilla de la Inmaculada Concepción, la segunda.


Definitivamente el monasterio verá su término en año 1836, como consecuencia de las leyes desamortizadoras de Mendizábal. En la actualidad, solo se conserva la iglesia románica, con algunos añadidos entre los que destaca la torre del campanario, del siglo XVIII, y residuos del antiguo monasterio










Con respecto a su diseño, la iglesia, conocida por los lugareños como San Martiño o Monasterio do Couto, tiene planta basilical con trío de naves, unidas por pilares cruciformes, que rematan en tres capillas de cabecera semicircular. Los arcos formeros son de medio punto y doblados, y los fajones, no llegaron a cimentarse, por lo que sobre las columnas se elevaron contrafuertes para acoger las vigas de la cubierta de madera a dos aguas que remata el conjunto. Por su parte los muros laterales, sobre todo el norte, ya que el sur tiene anexas las dependencias del antiguo priorato, evidencian una lenta construcción desde la cabecera hacia el extremo occidental.


Tanto en su ornamento como por su estructura, resulta uno de los mejores ejemplos del románico gallego en el Camino, revelando características del estilo compostelano.


El terreno en que se construyó presenta un acusado y prolongado desnivel desde la fachada occidental hacia la cabecera, lo que obligó a edificar un alto pedestal para levantar los ábsides, que le da desde el exterior, una extraordinaria esbeltez y firmeza.



 Por su parte, los cinco tramos de las naves tienen su suelo a un nivel inferior al terreno circundante. Esta circunstancia, inapreciable cuando se deambula por las naves, queda de manifiesto al traspasar el comienzo de la puerta occidental, o principal y descender seis escalones, a los que hay que añadir los existentes entre el atrio y el pórtico que precede a la portada.



El templo tiene un sencillo pórtico de tres arcos, abiertos al atrio, que precede a la fachada rehecha en 1786. Adosado a dicho pórtico, se levantó, al lado izquierdo, una torre de planta cuadrada y dos cuerpos, de los que el superior es más corto albergando las campanas y remata con un copulín. Al lado izquierdo, avanzando sobre la línea del pórtico, está adosado el antiguo priorato.


Sobre el tejado del pórtico se ve la parte alta de la fachada, en la que se abre un óculo, y sobre este, la cruz antefija que remataría la fachada, de la que sólo queda el sillar que la soportaba.



La puerta de la iglesia tiene una organización inusual, ya que consta de triple arquivolta con aristas baquetonada en las dos menores, moldura que se prolonga por las jambas; típico del gótico y motivo que recuerda al visto en las últimas ventanas del muro norte, esto la hace única, pues no existe otra semejante en ninguna iglesia románica conocida. Muy sencilla, se arma sobre dos arquivoltas coronadas por un arco decorativo de cuadrados y semicírculos rebajados en la piedra (tacos y billetes). Carece de tímpano en la actualidad, porque el original se rompió y fue luego reutilizado como base de una ventana en las dependencias monacales.





En el interior, las capillas se abren a las naves mediante arcos de medio punto doblados, que se sujetan en columnas con capiteles de voluminosa decoración vegetal mayormente.




Sin embargo, el capitel de la izquierda de la capilla derecha, llama la atención; pues presenta una decoración chocante, al uso de los Andrade, en el que se representa escenas de lucha o acoso entre caballeros, tema similar a los de caza, que evoca a los de la iglesia de SAN FRANCISCO EN BETANZOS, pero quizás con matices de guerra santa. El jinete de la izquierda sostiene un escudo circular o rodela, mientras su oponente sostiene con la mano contraria uno oblongo; por lo general la rodela era propia de los musulmanes, mientras el escudo oblongo es llevado por los cristianos.  Los dos combatientes se embisten con lanzas de las que quedan los arranques, ya que se han roto, al igual que las cabezas de los caballos, de manera que la composición de la cara mayor resulta simétrica y equilibrada.


 Detrás de los litigantes, en las caras menores, se encuentran otros personajes, dos en cada lado: de los de la izquierda, uno levanta los brazos como si elogiase el trance y su compañero porta algún objeto entre sus manos; tras el otro guerrero, un hombre flexiona las rodillas apoyando las manos en ellas, y el que le acompaña también levanta los brazos. Este tipo de representaciones, aunque tomadas de un contexto real, contaban con un fondo espiritual: "los dos caballeros” pueden ser símbolos de una «psicomachia» o batalla interior del alma, se trata de una guerra espiritual, una representación del conflicto que las pasiones buenas y malas sostienen en el alma humana".  Esta lucha se manifiesta en el enfrentamiento de un personaje pagano y otro cristiano. 



Aunque el tema, con diversas variantes, se repite en otras iglesias románicas hispánicas, en Galicia es único.


En otro capitel aparece un león que en plena lucha, muerde la cabeza de un zorro, que la inclina en símbolo de sumisión. La alimaña, se caracteriza por tener un gran hocico, cuello largo y destacadas orejas. Iconográficamente, puede interpretarse como la lucha que Cristo -representado por el león- mantiene con el diablo, que en este caso estaría encarnado en el zorro.  A este animal se le atribuía la estratagema de cazar a sus presas por medio del engaño, fingiendo estar muerto para que se acercasen confiadas. De la misma manera, Satanás emplea todo tipo de artimañas para separar al hombre del camino de la salvación.


El tercero de los capiteles zoomórficos de la campaña inicial de Xuvia, muestra a dos nuevos cuadrúpedos que apoyan sus patas en el hueso, al tiempo que lo muerden con sus fauces. En este caso también presentan melena, y sobre sus lomos, en los vértices, asoman dos grandes hojas nervadas y terminadas en pomas. El modelo de este capitel se encuentra entre los del crucero de la catedral de Santiago, aunque allí el número de leones es de cuatro y aparecen más figuras en un segundo registro.


Entre los capiteles de la primera etapa se encuentran cuatro con decoración zoomorfa. En el primero, de la cara mayor surgen dos cuadrúpedos de los que sólo se ven sus mitades anteriores, cuyas testas coinciden con los vértices del capitel mientras las garras forman el collarino. Sus cabezas son grandes, con orejas pequeñas y redondeadas y ojos destacados; las fauces abiertas muestran afilados dientes y colmillos y la presencia de melena sobre el lomo da a conocer que se trata de leones. Este mismo modelo lo presenta otro de los capiteles, aunque está realizado con menor pericia.


El único capitel figurado de la segunda campaña constructiva de San Martiño de Xuvia está en la segunda proporción del lado sur. Representa a dos cuadrúpedos de perfil, afrontados, con las patas delanteras en contacto y grandes cornamentas sobre sus cabezas, así que se identifican como ciervos, aunque la tosquedad de la talla y la ausencia de más detalles anatómicos dejan reducidas a siluetas, los cuerpos de los animales.


En los laterales aparecen dos perros que se arrojan sobre los cuartos traseros de los ciervos, Este tipo de escenas de la vida cotidiana, especialmente las de caza, fueron muy frecuentes en el gótico, como puede verse en relieves que se encuentran en iglesias vinculadas al mecenazgo de los Andrade.


Las características decorativas que se relacionan con la tradición cisterciense pudieron llegar a Xuvia a través de SOBRADO, monasterio que tuvo propiedades en la zona de Ferrol y Neda.


Por su parte, los capiteles de las ventanas de la capilla mayor, se decoran con estilizadas hojas; los de las laterales, con entrelazos; los de la central, se resuelven en una cabeza humana.





En 1927 se retiró el coro alto que abarcaba una parte del último tramo de la nave central; en la actualidad aprovechando el espesor del muro de la fachada occidental y un pequeño voladizo apeado en sencillas ménsulas en el interior de la nave, se abre sobre ésta un singular balcón. En aquella intervención se construyeron en las naves unas bóvedas de yeso y barrotillo que se retiraron en 1976, pero que dejaron a lo largo de los muros la huella de los puntos donde se apoyaba su armazón.


Por otra parte, en el tercer tramo, del muro sur, se abre una puerta con arco de medio punto y sobre ella vuela un balcón de base de madera sobre escuadras y balaustrada de forja, al que se accedería desde el antiguo priorato.


También existía una capilla de 1421, la capilla de San Miguel, demolida en 1910.


Primer tramo de la nave surArco de acceso a la actual sacristía,y donde probablemente se encontraba la capilla de San Miguel.

Se cree que esta capilla estaba adosada al último tramo del muro sur y de ella parecen proceder las piezas con las que se recompuso, en el primer tramo del muro sur, un arcosolio con arco apuntado y moldurado, el SEPULCRO DE RODRIGO DE ESQUÍOfamilia emparentada con los Andrade, cuyo nombre aparece grabado en el borde de la cama funeraria sobre la que reposa.



 Rodrigo viste una armadura importante. Debajo del gorjal asoman muy generosamente las faldas de la capucha de malla y por debajo de ésta las hombreras de placas que protegen cada brazo hasta su mitad. El brazal, codal y navaja de codal son de similar tipología que los que llevan ARAS PARDO y NUÑO FREIRE; lo mismo sucede con el guardabrazo pero no con los guanteletes cuyas manoplas aquí son lisas así como los dediles de manopla que no son de láminas articuladas sino de una sola pieza. El peto es largo sin volante y plano, porta ristre y se prolonga bajo el faldar. 



El casco, semiesférico abierto y sin barbera, podríamos definirlo como un morrión simple con las reservas propias que deben guardarse en la clasificación de los diferentes tipos de cascos pues casi ninguno pertenece a una tipología concreta y definida ya que todos suelen tomar de aquí y de allá detalles y complementos que los mistifican. Lleva una cenefa centelleada como adorno, la cual corre por detrás del verduguillo que define la ventana; es el mismo motivo básico que hemos visto en los casco de Nuño y Aras. El morrión era el casco habitualmente utilizado por los arqueros. El gorjal es partido. Por delante sube hasta por encima de la barbilla formando el barbote y por detrás la cubrenuca. 



Un solo ángel está leyendo los textos sagrados y por el tratamiento que reciben sus alas nos recuerda a otros ya vistos, aunque éste esté tallado de manera menos cuidadosa. 



La mano derecha descansa sobre la cruz de la espada que se muestra desnuda con un pomo muy característico que hemos visto en otras espadas de esa época. La disposición de la espada: en primer lugar parece desnuda aunque los filos no están trabajados, fuera de la vaina en contra de lo que es canónico en una efigie funeraria caballeresca que sería dentro de la vaina con el tahalí enrollado a la misma; en segundo lugar, descansando sobre la pierna derecha, fuera del eje de simetría de la latitud definitiva. El mensaje que transmitiría es que ha dejado sin rematar algo que debía haber resuelto por la fuerza de las armas. 



El faldar es corto y se parte lateralmente a la altura de la cabeza del fémur donde se aprecia la falda de la cota de malla; esta disposición es para facilitar la monta a caballo aunque resulta con menos protección que la que se consigue con la escarcela. Los quijotes, rodilleras y grebas son de semejante tipología a los que ya hemos visto. 


Los escarpes son de punta doblada, moda de influencia francesa desarrollada en Castilla, y descansan sobre un perro al que rodean su lomo. 



Fue necesario romper el muro románico para alojar el arco que lo cobija, y que probablemente recogiera primeramente, los restos de Froira Vermudez, del linaje de los Traba, padre del Obispo Gonzalo y  Pedro Fróilaz de Traba, tutor de Alfonso VII y conde de Galicia, a los que se alude en con ambas figuras en el arcosolio, amparando al difunto.   

 

Este se decora con hojarasca y en sus arranques con un par de figuras: un hombre con armadura, pudiera interpretarse como San Jorge según García Lamas; o un arquero de arco largo (no parece el arco corto castellano sino más bien una versión gallega del poderoso long bow galés). En 1386 desembarcó en A Coruña una flota inglesa al frente de la cual venía el duque de Lancaster pretendiente al trono de Castilla. En su ejército, mil quinientos arqueros portaban este tipo de arma. Lancaster mantuvo una extraña relación con Fernán “O Bo” en la que si bien no se llegó al enfrentamiento tampoco hubo una colaboración. Su estancia en Galicia se prolongó lo suficiente como para que los gallegos tomaran buena nota de la valía de sus arqueros y tratasen de incorporar los long bow como arma principal en las huestes de los Andrade. El arquero del sepulcro mantiene la guardia y proporciona la protección física al difunto;... 



... y un abad del monasterio o un santo obispo, quizá San Blas, que lleva la mano derecha abierta sobre la parte superior del pecho mientras con la izquierda coge el báculo en una actitud ritual canónica, y representa la protección espiritual.  


 Como frente de la sepultura se reutilizó una pieza más pequeña, mesa de un antiguo altar, que tiene sus aristas labradas en escocia con pequeñas cuadrifolias espaciadas. 



Sobre el enterramiento, en el fondo del lucillo, se encuentra un escudo heráldico traído de otro lugar. Se trata de un escudo partido y semicortado que incorpora otros blasones que no son los propios del linaje de los Esquío, de manera que los suyos ocupan una posición secundaria. En el jefe del primer cuartel hay tres bastos en cruz mientras, en punta, un lobo; en el segundo cuartel están las armas de los Esquío bastante bien reproducidas; en el tercer cuartel, una torre. Esta partición irregular en tres cuarteles no está clara y la ejecución es bastante pobre.



A mayores se colocó encima del arco una corona real ajena al enterramiento medieval y muy posterior a éste. La composición actual del sepulcro la fecha  Souto Vizoso el 21 de julio de 1963. Los dos sepulcros, de padre e  hijo, formaban pareja, en el sentido de que uno  ha sido diseñado para el lado del Evangelio y el otro para el de la Epístola. Con estos argumentos es muy probable que inicialmente los dos estuvieran juntos en una capilla del linaje situada en el perdido claustro del monasterio de O Couto.  Al entrar en ruinas el claustro, el enterramiento de Rodrigo pudo fácilmente encontrar su nuevo sitio en el muro reconstruido de la iglesia. Pero el muro contrario,  que es el exterior y da al cementerio, no permitía el aligeramiento necesario para la ubicación allí de un arco sepulcral que acogiera el enterramiento del hijo, Diego Esquio, que en la actualidad se conserva en la iglesia de San Nicolás de Neda.

SEPULCRO DE DIEGO ESQUIO.


Como curiosidad, a los pies del sepulcro de Rodrigo Esquío, encontramos una curiosa lápida sepulcral. Sobre ella, aparece labrado un sencillo motivo, se trata de una cruz. La importancia de la lápida deviene de que la cruz no está directamente labrada sobre la estela, sino que viene como pieza de un escudo labrado en la lápida; además, ésta cruz es patada. 



Se trata de la tumba de un caballero templario. La propia iglesia presenta una característica solamente encontrada en alguna otra fuertemente relacionada con la Orden del Temple como la de Santa María da Oliveira en Tomar, Portugal. Allí se hallan las tumbas de templarios ilustres como Gualdim de Pais, mano derecha del rey Afonso Enriques y artífice máximo de la independencia de Portugal. Junto con la Charola del castillo, la iglesia de Tomar es el otro de los dos edificios templarios más importantes del país vecino. La forma en que se accede y el número de escalones que hay que bajar en la dos iglesias, de Tomar y Xuvia, ponen en evidencia una intencionalidad que comparten.



marcas de cantería.

En esta nave sur, se coloca una bella pila bautismal enrejada, con un cristo en la cruz.




 Las ventanas de las capillas laterales permanecen ocultas por dos magníficos RETABLOS BARROCOS que en ellas se colocaron hacia mediados del siglo XVIII.


El altar de la derecha, atesora un retablo de 1745. Está presidido por San Benito, en la calle central, vestido de pontífice, con el báculo en su mano izquierda y el Libro en la derecha, y a sus pies se ubican, la mitra el cuervo taumatúrgico, con el pedazo de pan en su pico.



 A su izquierda, se aloja la imagen de San Roque, santo de gran tradición jacobea, ataviado con ropaje de peregrino, con capa y esclavina adornadas con conchas de vieira, lo mismo que el sombrero con el que está tocado; en su mano izquierda porta el bordón con la calabaza y a sus pies aparecen el perro nutricio y el ángel sanador. La presencia de San Benito y de San Roque en el retablo recoge, probablemente, la tradición hospitalaria con los peregrinos a Santiago de Compostela ejercida por los monjes del monasterio. 



La orden franciscana está representada por San Antonio de Padua, lfigura de la derechaNo conserva la distribución original para la que fueron realizadas. San Roque y San Antonio, dos santos de gran celo en  Galicia, tenían altar propio. 


En la lateral izquierda superior Santa Gertrudis,...



... y en la derecha Santa Escolástica, hermana gemela de San Benito. 



 Está encabezado con una expresiva cartela: «Este altar de San Benito es de privilegio perpetuo, concedido por nuestro Santo Padre Benedicto XIV. Año de 1748». La mesa de altar está forrada con piel repujada (hoy rasgada), ornamentada con hojas, flores, entrelazadas y todo ello dorado. Sobre la mesa de altar, se acomoda el Sagrario, cuyo frente, dorado, está flanqueado por dos estolones y el centro un arco de medio punto alberga el relieve del Cordero Pascual.


En la parte superior del segundo cuerpo, un entablamento, con cornisa con bolas y motivos vegetales, y en el centro un escudo formado por un águila dorada y en su interior una torre con dos leones, da paso al ático de cascarón. Éste está profusamente decorado con sarmientos, rocalla, festones, bolas y unos medallones que albergan la imagen de la cruz y un cáliz.
Su autor es desconocido y está elaborado en madera policromada.


También de estilo barroco y autor desconocido, realizado en madera policromada, es el retablo del lado izquierdo. Se realizo en 1736, y esta ofrecido a Nuestra Señora del Rosario, que se ubica en el centro. A ambos lados se sitúan a los padres de la Madre de Jesús, San Joaquín y Santa Ana.


En el ático, en forma de cascarón, un relieve de Dios Padre sosteniendo la bola del mundo con su mano izquierda rodeado de nubes. Remata el ático con un escudo Real de Castilla-León.


La mesa de altar es pétrea, y decorada con piel repujada, consta de banco, un cuerpo con tres calles y ático. El banco está decorado en sus netos con grandes hojas y en los lados dos cabezas. 


El cuerpo, alberga en la calle de la izquierda la imagen de Santa Ana...



... y la de la derecha, San Joaquín.



Las calles están delimitadas por dos pilastras en los laterales y dos columnas salomónicas entorchadas de tres vueltas y dos medias, respondiendo a las formas difundidas por el círculo de Andrade, con basa y capitel compuesto dorado, en el centro. Las cajas están pintadas formando un arco de medio punto apoyado sobre pilastras y cortinajes, apoyándose las imágenes sobre una peana.


La calle central está formada por una hornacina encastada cuyo fondo es una de las ventanas del ábside. Está formada por un arco de medio punto, decorado con motivos vegetales, apoyado sobre pilastras. Dos ángeles sostienen la peana donde está ubicada la imagen de la virgen. Formando parte del entablamento, en el centro, el anagrama de María rodeado de hojas y una corona real.


Hay otras figuras aisladas, que en su día se realizaron para formar parte de los retablos, pero por su lucimiento y significado, continúan en el templo embelleciendo su interior.



VIRGEN DEL CARMEN.
Por el exterior las reformas y restauraciones resultan, quizá, más evidentes que por el interior.

Ventana del segundo tramo del muro norte 




 En el eje de las capillas laterales, por el exterior hacia la central, se abre una ventana con arco de medio punto liso que se apea en un par de columnas acodilladas de fustes cortos que se levantan sobre basas de tipo ático; sus capiteles presentan grandes hojas que vuelven al frente y los cimacios se decoran con un fino ajedrezado. Este arco cobija otro menor y sin elementos ornamentales que corresponde al vano.



 En el abside central se abren tres ventanas, de mayor tamaño que las de los colaterales. Sus arcos tienen su arista en bocel y otras molduras lisas en la rosca, en torno se desarrolla una chambrana con billetes, motivo que repiten los cimacios de sus esbeltas columnas que, como las de las capillas norte y sur, se levantan sobre basas de tipo ático y rematan con capiteles vegetales.


 Es, también, inusual que las distancias a las que se han dispuesto los canecillos, no sean constantes.





Los que presentan estilizadas hojas, bolas, rollos y otras composiciones geométricas, son minoría; ya que en muchos se labraron mamíferos: cerdos, caballos y otros cuadrúpedos, así como numerosas figuras humanas en muy diversas actitudes.








 Algunas abren su boca con las manos hasta adoptar expresiones grotescas;...

LA BLASFEMIA.

...otros, contorsionan sus cuerpos y exhiben sus genitales,...







 ...igualmente varias mujeres que muestran impúdicamente su sexo...



... que podemos encasillar como Sheela na gig.





Algunas parejas están abrazadas, juntan sus cuerpos y parecen copular. Sin embargo, es de señalar que ninguna de estas representaciones se acompaña de serpientes, como suele ocurrir.



 En el románico de Galicia las representaciones de contenido sexual son infrecuentes y, cuando aparecen, no suelen ser tan numerosas ni explícitas.


FIGURAS MASCULINAS( POR SUS BARBAS)ENLAZADAS.
La implantación de la orden cluniacense en Galicia fue lenta y poco numerosa. Solo podemos hablar de cuatro monasterios en su origen cluniacenses:
San Salvador de Vilafrío, en Castroverde, Lugo. 1075.
SAN VICENTE DE POMBEIRO, Pantón, Lugo. 1109.



San Martín de Xuvia, Narón, A Coruña. 1113.


SAN SALVADOR DE FERREIRA (Femenino). Pantón, Lugo, 1117.



A finales del siglo IX se introduce la Regla de San Benito en España, la entrada en Galicia de los Benedictinos no se produce hasta entrado el siglo XII y su decadencia en el siglo XIV. Entre los principales monasterios benedictinos que han perdurado sus edificios están: SANTA MARÍA DE CAMBRE,...


Una leyenda habla de un túnel bajo el agua situado en las inmediaciones de la desembocadura del río, que hacía de pasadizo secreto entre las poblaciones de Xuvia y Narón. Era como un laberinto de oscuras galerías en el que habitaban seres encantados. Cuentan que en la Edad Media fue utilizado por los frailes del monasterio de San Martiño de Xuvia cuando querían ir a Neda sin ser vistos. También se dice que fue empleado como refugio o como pasadizo secreto por los escapados durante la Guerra Civil.



El monasterio de San Martiño de O Couto (Narón) es el comienzo de la ruta de peregrinación al santuario de San Andrés de Teixido y lugar de paso del Camino Inglés a Santiago.





Acceso desde la sacrista al antigua claustro

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